240 research outputs found

    El MNCN va a las aulas, un ciclo de actividades para fomentar las vocaciones científicas

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    Un poder paralelo: el crimen organizado en América Latina

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    Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de homicidios anuales con armas de fuego en América Latina –entre 73.000 y 90.000– es tres veces mayor que la media mundial. En las dos últimas décadas, la violencia fue la principal causa de muerte entre los latinoamericanos de entre 15 y 44 años. Esta degradación de la seguridad ciudadana ha sido simultánea al crecimiento de un poderoso “poder paralelo”: el crimen organizado. Los índices de criminalidad han hecho de las ciudades de América Latina las más inseguras del mundo: en los años noventa, un 74,5% de los habitantes de las grandes urbes latinoamericanas fueron víctimas de algún tipo de acto delictivo. A pesar de tener sólo el 8% de la población mundial, América Latina registró el 75% de los secuestros ocurridos en el mundo en 2003. Todo ello ha hecho que la inseguridad sea hoy la mayor preocupación de los latinoamericanos, después de la situación económica. Lo peor es que el crimen organizado está dando un importante salto cualitativo, a medida que “coloniza” la iniciativa privada y la subordina a sus estructuras jerárquicas. El ejemplo más visible de este fenómeno fueron los cinco días de continuos ataques contra comisarías y edificios públicos, entre el 10 y el 14 de mayo, en el estado de São Paulo, acompañados de motines en prisiones y toma de rehenes que, según Folha de Sao Paulo, causaron 272 muertos, incluyendo a 91 policías. El asalto fue realizado por una de las mayores bandas criminales del continente: el Primeiro Comando da Capital (PCC), llamado también el “Partido del Crimen”, que podría tener una “base social” de medio millón de personas. Brasil, hoy el segundo consumidor mundial de cocaína, ha pasado a ocupar en las estadísticas de la OMS el tercer lugar en el mundo por número de muertes por causas violentas, después de Colombia y Rusia: su tasa anual de homicidios es de 40 por 100.000 habitantes y en las grandes urbes de 53

    La batalla global por el alma del capitalismo

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    El gigante informático norteamericano Apple vale hoy en bolsa unos 350.000 millones de dólares, 20.000 millones más que la segunda compañía del país, ExxonMobil, y también más que los 32 mayores bancos de la zona euro juntos. Sin embargo, Apple apenas tiene 47.000 empleados en todo el mundo, 30.000 de los cuales trabajan en EE.UU., pero ninguno de ellos en plantas de ensamblaje. Todos sus famosos productos -los iMac, iPod, iPad, iPhone- son fabricados en China por la contratista taiwanesa Foxconn, para la que trabajan casi un millón de personas, 250.000 de ellas dedicadas en exclusiva a los artilugios electrónicos de la compañía de la manzana

    Las Fuerzas Armadas como partido político: la nueva “geometría del poder” chavista

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    El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, da por hecho el éxito de su propuesta de reforma constitucional, elaborada bajo la ley “habilitante” que otorgó al Ejecutivo poderes plenos para legislar en áreas clave. La nueva constitución, que establece la reelección presidencial ilimitada, entrará en vigor en 2008 tras ser sometida a referéndum el próximo diciembre. Una de las principales reformas redefinirá el papel de las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN). La constitución vigente, de 1999, establece que las FAN son una institución profesional políticamente no alineada. Ahora adoptarán un carácter claramente político: según el nuevo artículo, las Fuerzas Armadas Bolivarianas (FAB) “constituyen un cuerpo esencialmente patriótico, popular y antiimperialista”. La Asamblea Nacional, totalmente monocolor, aprobó por unanimidad el proyecto que enmienda 33 de los 350 artículos de la constitución actual. Para reforzar su poder y autoridad, la lógica de Chávez pasa por la limitación de las prerrogativas parlamentarias y la subordinación de los partidos civiles que sostienen la llamada revolución bolivariana. Pero como han mostrado anteriores regímenes plebiscitarios, un Parlamento que consiente en legalizar una usurpación de sus poderes, no hace más que decretar su propia muerte política. La politización del Ejército, cuyos oficiales están ahora obligados a saludarse repitiendo consignas políticas copiadas del castrismo, anticipa la consolidación de un Estado de seguridad nacional en el que las Fuerzas Armadas ejercerán el papel del verdadero partido oficialista. La nueva “geometría del poder” permitirá al gobierno declarar “regiones militares especiales” con propósitos de “defensa estratégica”. En su programa dominical de radio y televisión “Aló, presidente” Chávez ha subrayado que “el poder militar es parte del poder popular" y su fortalecimiento “la única manera de que el imperio no concrete sus amenazas contra la revolución”. La incógnita es si todos los militares estarán dispuestos a asumir el papel asignado. La historia latinoamericana demuestra que la politización del ejército desencadena inevitablemente conjuras palaciegas y sediciones militares. El pasado julio, en su discurso de despedida del cargo de ministro de Defensa, que ocupaba desde junio de 2006, el general Raúl Isaías Baduel, no concluyó con el grito de “Patria, socialismo o muerte”, sino con “Dios, todopoderoso y eterno”

    El “etnonacionalismo”: las nuevas tensiones interétnicas en América Latina

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    En su último informe sobre tendencias mundiales, el Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos menciona entre los peligros potenciales para la seguridad hemisférica el “indigenismo militante” asociado al antiamericanismo. En muchos países latinoamericanos la proliferación de nuevos “actores armados” se vincula a una progresiva organización de grupos étnicos que reclaman una mayor cuota de autonomía territorial y política. En Bolivia, el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales, en Ecuador la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) y en el Perú el Movimiento Etnocacerista (ME) denuncian la discriminación étnica de “naciones originarias”. Incluso en Venezuela algunos sectores del chavismo hablan de una supuesta lucha de la oligarquía contra mestizos y mulatos. La analista venezolana Elizabeth Burgos define el proceso “bolivariano” como un “nacional-populismo-etnicista con rasgos neofascistas”, una especie de racismo invertido que Chávez promueve como parte de su revolución continental. Las consecuencias económicas podrían ser peligrosas si ese fenómeno pone en peligro la explotación de recursos naturales –gas, petróleo, oro…– en territorios donde la presencia de comunidades indígenas es importante

    El “síndrome de China” se extiende por América Latina

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    Las nuevas relaciones comerciales entre China y América Latina han abierto un nuevo capítulo de la historia económica regional al diversificar en una magnitud sin precedentes el destino y la cuantía de sus exportaciones. Pero la otra cara de la moneda es la creciente competencia de China en la captación de inversiones extranjeras y en el sector industrial. China se ha convertido en los últimos 25 años, desde el comienzo de las reformas liberalizadoras de Deng Xiaoping, en una de las locomotoras del crecimiento mundial. Hoy es el tercer importador mundial, después de EEUU y Alemania: desde 1995 sus importaciones han crecido a un ritmo dos veces más rápido que las de EEUU. Las exportaciones totales chinas se han multiplicado por ocho entre 1990 y 2003. En 2015 la población urbana de China, que es hoy del 32%, representará el 50% de la población, lo que abre la posibilidad de que China crezca al 9% anual hasta 2020. Todo ello ha provocado un boom de las materias primas que ha beneficiado especialmente a América Latina, cuya complementariedad económica con China en varios sectores –especialmente en agroindustria, minería y energía– constituye una de las grandes oportunidades de desarrollo de su historia

    El conflicto de la Amazonía: biodiversidad, comunidades nativas y desarrollo sostenible

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    La dimisión del primer ministro peruano, Yehude Simon, y la derogación por el Congreso de dos de los principales decretos legislativos que abrían a la explotación comercial amplias zonas amazónicas sólo es un alivio temporal a la tensión reinante. La situación es similar, en diversa medida, en los países suramericanos que comparten la cuenca amazónica. En un artículo publicado en la prensa peruana (“El síndrome del perro del hortelano”, octubre de 2007), el presidente Alan García escribió que “hay millones de hectáreas para madera que están ociosas y cientos de depósitos minerales que no se pueden explotar porque hemos caído en el engaño de considerar que esas tierras –que serían productivas con un alto nivel de inversión– son sagradas y que la organización comunal es la organización original del Perú”. El conflicto viene de lejos, lo que pone en duda las alegaciones de García de una supuesta injerencia extranjera –en una velada acusación a Venezuela y Bolivia– en las protestas lideradas por la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), que dice representar a 350.000 indígenas amazónicos pertenecientes a 1.250 comunidades de 50 etnias nativas. Su líder, Alberto Pizango, obtuvo asilo político en Nicaragua tras los enfrentamientos de Bagua. Lo que está en juego es la introducción de un modelo de desarrollo sostenible. El valor económico de la biodiversidad amazónica –y los peligros de la deforestación para el calentamiento atmosférico– son tan grandes para la comunidad internacional que su protección debería ser rentable para los gobiernos de la región a través de compensaciones como los créditos del carbono, que deberían ir a quienes protegen los bosques y, en primer lugar, a las comunidades nativas. Ocho países –Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Venezuela y Surinam– comparten la mayor cuenca hidrológica del mundo: más de 7 millones de kilómetros cuadrados con más de la mitad de los bosques tropicales que subsisten en el mundo, que aún cubren 4,9 millones de kilómetros cuadrados, una superficie mayor que la India, Pakistán, Bangladesh y Sri Lanka juntas. El Amazonas descarga el 20% del agua de todos los ríos que fluyen a los océanos del mundo, es decir un volumen mayor que el de los ocho ríos siguientes. La Amazonía representa además un 10% de la producción primaria de materia orgánica del mundo y quizá un 25% de todas las especies. Según el Instituto de Investigación del Amazonas (INPA), si todos sus bosques amazónicos desaparecieran, se liberarían a la atmósfera 77.000 millones de toneladas de carbono

    ¿Justicia indígena o barbarie?

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    El reconocimiento constitucional en Bolivia de la llamada “justicia indígena” está provocando graves fricciones entre los tribunales civiles y el derecho consuetudinario que han comenzado a aplicar las autoridades comunitarias aimaras y quechuas, incluidos linchamientos y castigos corporales, que también se están registrando en Ecuador y Perú. Según la oficina del Defensor del Pueblo de Bolivia, en 2010 hubo 20 linchamientos, frente a 80 en los anteriores cinco años. La oposición boliviana ha acusado al gobierno de alentar la “ley de la turba” tras la aprobación por el Congreso de una ley que revisa el sistema judicial y consagra el derecho de las comunidades indígenas a administrar su propia justicia en territorios supuestamente ancestrales y en contradicción con los derechos humanos consagrados en la Constitución y en los convenios internacionales firmados por Bolivia. La experiencia del “pluralismo jurídico” en los países andinos, hoy autodenominados “plurinacionales”, podría tener graves repercusiones en otras partes de América Latina. “La globalización ha traído consigo un verdadero renacimiento de las identidades locales y, particularmente, de nuestros pueblos originarios. Ello, lejos de ser un problema, representa una magnífica oportunidad para empezar a hacer justicia” ha declarado el presidente chileno, Sebastián Piñera. Pero la defensa del derecho de los pueblos indígenas a ser gobernados por sus propias leyes abre las puertas tanto a promisorios procesos democráticos como a abusos de todo tipo. La legislación boliviana reconoce 36 sistemas judiciales de los grupos indígenas. Sin embargo, muchas preguntas continúan irresueltas: ¿dónde, cómo y hasta qué punto debería aplicarse la justicia de las comunidades indígenas? El Congreso boliviano debate actualmente un proyecto de ley que plantea establecer “zonas jurisdiccionales” para establecer límites claros entre la justicia ordinaria y la indígena

    Accelerating high order discontinuous Galerkin solvers using neural networks: 3D compressible Navier-Stokes equations

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    We propose to accelerate a high order discontinuous Galerkin solver using neural networks. We include a corrective forcing to a low polynomial order simulation to enhance its accuracy. The forcing is obtained by training a deep fully connected neural network, using a high polynomial order simulation but only for a short time frame. With this corrective forcing, we can run the low polynomial order simulation faster (with large time steps and low cost per time step) while improving its accuracy. We explored this idea for a 1D Burgers' equation in (Marique and Ferrer, CAF 2022), and we have extended this work to the 3D Navier-Stokes equations, with and without a Large Eddy Simulation closure model. We test the methodology with the turbulent Taylor Green Vortex case and for various Reynolds numbers (30, 200 and 1600). In addition, the Taylor Green Vortex evolves with time and covers laminar, transitional, and turbulent regimes, as time progresses. The proposed methodology proves to be applicable to a variety of flows and regimes. The results show that the corrective forcing is effective in all Reynolds numbers and time frames (excluding the initial flow development). We can train the corrective forcing with a polynomial order of 8, to increase the accuracy of simulations from a polynomial order 3 to 6, when correcting outside the training time frame. The low order correct solution is 4 to 5 times faster than a simulation with comparable accuracy (polynomial order 6). Additionally, we explore changes in the hyperparameters and use transfer learning to speed up the training. We observe that it is not useful to train a corrective forcing using a different flow condition. However, an already trained corrective forcing can be used to initialise a new training (at the correct flow conditions) to obtain an effective forcing with only a few training iterations
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